El sólido pensamiento económico de José Antonio Saco

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Por: Jesús Fuentes Águila, Elizabeth  Cabrera  Villivá y Candelaria Rosa Álvarez González*

No poco se ha escrito acerca de José Antonio Saco, se ha tergiversado buena parte de su obra y a veces se desconocen sus aportes al pensamiento revolucionario cubano. Saco fue un destacado pensador, periodista, historiador, economista y político cubano del siglo XIX, conocido por sus arriesgadas ideas sobre la economía y la sociedad en el contexto colonial, por tal razón en algún momento se le considera “hereje.” Su pensamiento económico se desarrolló en un momento en el que Cuba estaba bajo el dominio español y enfrentaba diversos desafíos sociales y económicos.

En el Siglo XXI muy diferentes son las condiciones de las que vivió el ilustre bayamés José Antonio Saco; Cuba se enfrasca en la construcción del socialismo, pero no supera aún las condiciones de subdesarrollo y atraso económico contra las que luchó Saco; como para dar más validez a su preclaro pensamiento relacionado con las relaciones Cuba- Estados Unidos, el país enfrenta por más de 60 años una agresiva política norteamericana de bloqueo económico, comercial y financiero que induce nuevas complejidades en su economía y sociedad.

Comoquiera que “a problemas propios” habrá que buscar “soluciones propias” resulta saludable retornar a las concepciones de los próceres cubanos, adecuándolos a las nuevas condiciones en aras de reforzar la independencia económica y política nacional.

Algunas ideas del pensamiento económico de José Antonio Saco

Entre las principales ideas del pensamiento económico de José Antonio Saco, con el auxilio de algunos conceptos más actuales que reflejan las esencias, para una mejor comprensión de su vigencia se encuentran la crítica a la economía colonial. Saco cuestionó las estructuras económicas impuestas por el colonialismo español, que favorecían a la metrópoli y limitaban el desarrollo de la economía local. Señaló cómo las políticas económicas impuestas por España diseñadas para explotar los recursos de la isla en beneficio español, impedían la prosperidad y un crecimiento económico sostenible en la isla antillana.

Manifestó su defensa del libre comercio pues la calificaba a esta como un medio para liberar a Cuba de las restricciones impuestas por el monopolio comercial. Planteaba que la apertura de los mercados y el comercio con otras naciones permitiría a Cuba diversificar su economía, reducir su dependencia de productos como azúcar y tabaco, y como una forma de fomentar el desarrollo económico.

Por otra parte, Saco, quien fue discípulo, y luego colega de Félix Varela, puso énfasis en la importancia de la educación como motor de cambio social. Consideraba que una población educada podría contribuir de manera más efectiva al desarrollo económico del país. Basado en sus experiencias con la educación en su niñez y adolescencia, abogó por reformas educativas que permitieran a los cubanos adquirir conocimientos y habilidades.

Igualmente, fue un defensor de la abolición de la esclavitud, argumentando que esta institución era incompatible con el desarrollo económico y moral de la sociedad; que la emancipación de los esclavos, la libertad y la igualdad eran esenciales para el desarrollo humano y económico de la sociedad cubana. Su postura sobre este tema fue parte de un movimiento más amplio que buscaba la abolición de la esclavitud en Cuba, que finalmente se logró en 1886.

El bayamés vislumbró la necesidad de industrializar a Cuba para reducir su dependencia de la agricultura especialmente del cultivo de caña de azúcar y tabaco. Insistió en el imperativo de diversificar la economía para un crecimiento sostenible. Defendió una industria nacional que generara empleo- una de sus mayores inquietudes era cómo enfrentar los problemas de la vagancia en Cuba-; una industrialización que redujera la dependencia económica del exterior.

Saco expresó preocupaciones sobre el centralismo administrativo del gobierno español, que limitaba la autonomía local y dificultaba la toma de decisiones económicas adecuadas a las necesidades específicas de Cuba. Propuso un enfoque descentralizado que permitiera una mejor atención a las realidades de los territorios.

José Antonio Saco abogó por una mayor autonomía, creía en la capacidad de autogobierno para desarrollar la economía, y permitir a los cubanos tomar decisiones más adecuadas a sus necesidades y circunstancias. Su pensamiento estuvo centrado en lo económico, y también en aspectos sociales, como la igualdad y la justicia; pero por su aversión al anexionismo lo consideraba en los marcos de las relaciones con España, cuestiones que le fueron criticadas y que por la estrecha relación entre la economía y la política lo llevaron a involucrarse en debates y discusiones sobre el futuro político de la isla.

Vigencia de las alertas de Saco

Las denuncias y alertas de José Antonio Saco acerca de la economía adquieren renovada vigencia para el mundo en los últimos tiempos y meses. La toma de posesión de Donald Trump como Presidente los Estados Unidos de América en su segundo mandato reaviva sus nada nuevos voraces apetitos.

Detrás del declarado objetivo de “Hacer a los Estados Unidos poderosos otra vez” (Make America Great AgainMAGA, su lema de campaña electorera) para engrandecer económicamente al país, aplastando a quien haya que aplastar, se esconde la guía de enriquecimiento de las mayores fortunas de los magnates de la economía, las finanzas, del desarrollo científico y la Inteligencia Artificial. Están presente en esa cúpula las pretensiones de privilegiar a la élite que decide la estrategia y la política económica de aquel país, no por casualidad presente en la toma de posesión del cargo.

Los Estados Unidos pretenden “tragarse” territorios estratégicos para sus pretensiones hegemónicos como Canadá, Groenlandia, Panamá con su canal, México, y hasta la lejana Franja de Gaza en el Medio Oriente. No se trata siquiera de anexión, se trata de absorción, lo mismo a lo que temía Saco.

De manera general…

No sería justo afirmar que Saco había desarrollado una teoría económica consolidada, no era su tarea principal en las condiciones en que se desenvolvió su obra. Sin embargo, puede hablarse del desarrollo de un pensamiento económico profundo, de impacto significativo en las discusiones sobre el futuro económico de Cuba, tanto durante su vida como en años posteriores. Sus ideas sobre la educación, el libre comercio y la abolición de la esclavitud estuvieron presentes en los movimientos independentistas y en reformas económicas de la isla. Su legado es relevante para los estudios de la economía cubana y el pensamiento político del siglo XIX.

José Antonio Saco murió “en brazos de su amigo el médico cienfueguero Luis Perna y Salomón,” el 26 de septiembre de 1879 en Barcelona, España, donde había vivido exiliado los dos últimos años. No dejó fortuna alguna a su familia, su vida y obra la dedicó a la forja de la nacionalidad cubana, a fomentar el progreso y el desarrollo económico y social de su país; a la lucha contra el anexionismo.

Para quienes hoy, de manera traidora con sus raíces ceden a las ínfulas de grandeza del “vecino norteño” y promueven la anexión de Cuba a los Estados Unidos conviene refrescar la memoria, y en atención a los íntimos nexos entre los intereses económicos y los políticos, se ha de permanecer alertas; nada mejor lo ilustra que acudir al pedido del propio bayamés:

MI EPITAFIO

Aquí yace José Antonio Saco, que no fue

anexionista, porque fue más cubano que

todos los anexionistas.

La preocupación de Saco por el posible renacer del anexionismo que asomaba a cada rato, con sus negativas implicaciones para la economía, y las desigualdades que puede generar, duró hasta los últimos días de su vida; estaba ligada a su convicción de que Cuba no podía se anexada sino absorbida por los Estados Unidos. ¿Puede alguien hoy al conocer la política de aquel país sobre el mundo, dudar de que las pretensiones y los riesgos de absorción de los que estaba convencido José Antonio Saco se mantienen intactos para Cuba en relación con los Estados Unidos?


Autores: Jesús Fuentes Águila, Elizabeth  Cabrera  Villivá y Candelaria Rosa Álvarez González*

*MSc, Profesor Auxiliar de la Facultad del PCC, y en la Universidad de Cienfuegos. /Primera Secretaria del Partido Comunista de Cuba en el municipio de Aguada. /Dr C. Profesora Titular en la Universidad de Granma.

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